Lógicamente, en estos casi setenta años de historia, las computadoras han evolucionado al igual que lo ha hecho la tecnología, de hecho, entre tanto computador y tantos modelos, podemos encontrar algunos ejemplos clave que permitan ilustrar la historia de la computación. Poco a poco, hemos ido repasando la historia de algunos de estos computadores, como Colossus o el EDSAC, sistemas que sentaron las bases de mucho de lo que actualmente podemos utilizar.
Siguiendo esta estela vamos a ir conociendo los entresijos de computadoras que, hoy en día, se podrían considerar auténticas leyendas. Arrancamos con los cinco primeros.
Z3
La historia del Z3 siempre me ha llamado mucho la atención porque, sorprendentemente, no es muy conocida. El Z3 está considerado como el primer computador digital, automático y programable de la historia. Data de 1941 y fue construido en Alemania por Korad Zuse, sin embargo, en 1945, durante un bombardeo Aliado, la Z3 fue destruida lo cual dificultó bastante demostrar que fue pionera en su campo. Su origen fue muy simple, Zuse buscaba un sistema que ayudase a los ingenieros de la época a realizar cálculos algo complejos, el resultado fue el primer computador digital conocido.
El Z3 estaba formado por una estructura gobernada por 2.300 relés, en vez de utilizar válvulas de vacío como casi todos los computadores de la época, se basaba en una arquitectura de 22 bits, funcionaba con un reloj de 5 Hz y realizaba cálculos con aritmética en coma flotante. Frente al ENIAC, que es cuatro años posterior, el Z3 manejaba datos codificados en binario, utilizaba tarjetas perforadas (y no había que usar un panel de conexiones de cables para introducir el programa) y, además, utilizaba una cinta externa para almacenar los programas. Además, aunque no incluía instrucciones que soportasen saltos condicionales, era algo que estaba previsto y se podían incluir.
En 1950, Zuse construyó la Z4 y pronto llegarían nuevos modelos y para 1967 habían construido 251 computadores. Dado que la Z3 fue destruida durante la guerra, en los años 60, Zuse y sus empleados construyeron una réplica que aún se conserva el Deutsches Museum de Múnich.
Harvard Mark I
El Harvard Mark I fue un cumputador desarrollado en la Universidad de Harvard en 1944 por Howard H. Aiken bajo un proyecto de investigación subvencionado por la compañía IBM. Aiken, que era Doctor en Ciencias Físicas, se topó con ecuaciones diferenciales que tan sólo se podían resolver numéricamente, por lo que decidió trabajar en un sistema electromecánico que le sirviese de ayuda en estos cálculos.
La Mark I era un auténtico mastodonte con 15,5 m de largo, 2,40 m de alto, 60 cm de ancho y un peso de unas 5 toneladas que estaba formada por 800 kilómetros de cable, 3 millones de conexiones, 760.000 ruedas (para implementar registros), relés, 1.400 interruptores rotatorios de diez posiciones (para visualizar los valores de los registros de constantes que se introducían) y 72 registros mecánicos de 23 dígitos cada uno que además manejaban datos negativos. Todo este compendio de elementos daba como resultado un sistema que era capaz de realizar las cuatro operaciones básicas (suma, resta, multiplicación o división), además de tener un acumulador que hacía referencia a resultados anteriores.
Además de ser muy ruidosa, la Mark I realizaba entre tres y cinco cálculos por segundo, permitía ejecutar tres tipos de subrutinas y leía datos desde tarjetas perforadas.
IBM 7090
Hasta ahora, siempre que hemos hablado de un computador, éste estaba compuesto o bien por relés o válvulas de vacío o ambas cosas. Aunque el transistor bipolar se desarrolló en 1947, no fue hasta pasado un tiempo que éste se introdujo en el mundo de la computación como sustituto natural de las válvulas de vacío y los relés. La introducción del transistor supuso dos grandes ventajas, por un lado, permitió disminuir el tamaño de las computadoras (que solían ocupar habitaciones completas) y, por otro lado, la miniaturización llevaba pareja una reducción del consumo eléctrico y, por tanto, menor calentamiento (por efecto Joule).
En este caldo de cultivo nació, en 1958, el IBM 7090, sucesora de la IBM 709 y que cambiaba las válvulas de vacío por transistores, lo cual le permitió multiplicar por seis su velocidad de procesado. El 7090 era un computador de propósito general y que, por tanto, contaba con un juego de instrucciones que permitía abordar problemas de contabilidad, control de stock en almacenes o el cálculo científico, si bien estaba muy optimizada para esto último.
Como curiosidad, el compositor Iannis Xenakis, una de las grandes figuras de la música contemporánea, concretamente de la música estocástica, utilizó un IBM 7090 para componer la primera obra estocástica realizada por un ordenador, la ST/ 10-1.
Apple I
En julio de 1976, hace ya 35 años, Steve Wozniak construyó el Apple I, lo que daría pie, con el paso de los años, a la que es hoy la marca más fuerte del sector tecnológico. El Apple I era un computador completo, que tan sólo necesitaba un teclado, una fuente de alimentación y un TV para funcionar, que constaba de una placa base con más de 60 circuitos integrados que implementaban un sistema que funcionaba a 1 MHz, tenía 4 KB de RAM, una ROM de 256 Bytes en el que residía el monitor del sistema (escrito en ensamblador) y ofrecía una resolución gráfica de 40x24 caracteres.
Del Apple I se construyeron unas 200 unidades de las que, hoy en día, se conservan unas 50 unidades que son consideradas unas cotizadísimas piezas de coleccionismo tecnológico.
Deep Blue
El viernes al hablar del Ajedrecista de Torres Quevedo dijmos que era el abuelo de Deep Blue, al fin y al cabo, era un autómata que jugaba al ajedrez y que, por tanto, estaba reconocido como una de las primera implementaciones de sistemas de inteligencia artificial de la historia. En 1996, IBM desarrolló Deep Blue para demostrar su capacidad de derrotar a uno de los grandes maestros del ajedrez, Gary Kaspárov. Deep Blue en su primera versión ganó a Kaspárov una vez de las seis partidas que jugaron (empató otras dos y perdió otras 3), sin embargo, al año siguiente (en una versión mejorada) volvieron a enfrentarse en otra serie de partidas y, en esta ocasión, la máquina de IBM venció en 3 partidas, perdió dos y empataron otra, derrotando, esta vez sí, a al gran maestro.
La computadora de IBM jugaba “por fuerza bruta”, es decir, calculaba 200 millones de posibles posiciones por segundo (en su segunda versión, la mitad en la primera), siendo el 259º supercomputador con mayor capacidad, con 11,38 gigaflops. Lógicamente, el objetivo de Deep Blue no era únicamente vencer en el campo del ajedrez, simplemente era una aplicación práctica de la supercomputación que se basaba en un clúster con 30 nodos RS/6000 (RISC System 6000 de IBM con sistema operativo AIX) con 30 procesadores P2SC de 120 MHz cada uno ampliados con 480 procesadores VLSI diseñados específicamente para los cálculos del ajedrez.
Siguiendo esta estela vamos a ir conociendo los entresijos de computadoras que, hoy en día, se podrían considerar auténticas leyendas. Arrancamos con los cinco primeros.
Z3
La historia del Z3 siempre me ha llamado mucho la atención porque, sorprendentemente, no es muy conocida. El Z3 está considerado como el primer computador digital, automático y programable de la historia. Data de 1941 y fue construido en Alemania por Korad Zuse, sin embargo, en 1945, durante un bombardeo Aliado, la Z3 fue destruida lo cual dificultó bastante demostrar que fue pionera en su campo. Su origen fue muy simple, Zuse buscaba un sistema que ayudase a los ingenieros de la época a realizar cálculos algo complejos, el resultado fue el primer computador digital conocido.
El Z3 estaba formado por una estructura gobernada por 2.300 relés, en vez de utilizar válvulas de vacío como casi todos los computadores de la época, se basaba en una arquitectura de 22 bits, funcionaba con un reloj de 5 Hz y realizaba cálculos con aritmética en coma flotante. Frente al ENIAC, que es cuatro años posterior, el Z3 manejaba datos codificados en binario, utilizaba tarjetas perforadas (y no había que usar un panel de conexiones de cables para introducir el programa) y, además, utilizaba una cinta externa para almacenar los programas. Además, aunque no incluía instrucciones que soportasen saltos condicionales, era algo que estaba previsto y se podían incluir.
En 1950, Zuse construyó la Z4 y pronto llegarían nuevos modelos y para 1967 habían construido 251 computadores. Dado que la Z3 fue destruida durante la guerra, en los años 60, Zuse y sus empleados construyeron una réplica que aún se conserva el Deutsches Museum de Múnich.
Harvard Mark I
El Harvard Mark I fue un cumputador desarrollado en la Universidad de Harvard en 1944 por Howard H. Aiken bajo un proyecto de investigación subvencionado por la compañía IBM. Aiken, que era Doctor en Ciencias Físicas, se topó con ecuaciones diferenciales que tan sólo se podían resolver numéricamente, por lo que decidió trabajar en un sistema electromecánico que le sirviese de ayuda en estos cálculos.
La Mark I era un auténtico mastodonte con 15,5 m de largo, 2,40 m de alto, 60 cm de ancho y un peso de unas 5 toneladas que estaba formada por 800 kilómetros de cable, 3 millones de conexiones, 760.000 ruedas (para implementar registros), relés, 1.400 interruptores rotatorios de diez posiciones (para visualizar los valores de los registros de constantes que se introducían) y 72 registros mecánicos de 23 dígitos cada uno que además manejaban datos negativos. Todo este compendio de elementos daba como resultado un sistema que era capaz de realizar las cuatro operaciones básicas (suma, resta, multiplicación o división), además de tener un acumulador que hacía referencia a resultados anteriores.
Además de ser muy ruidosa, la Mark I realizaba entre tres y cinco cálculos por segundo, permitía ejecutar tres tipos de subrutinas y leía datos desde tarjetas perforadas.
IBM 7090
Hasta ahora, siempre que hemos hablado de un computador, éste estaba compuesto o bien por relés o válvulas de vacío o ambas cosas. Aunque el transistor bipolar se desarrolló en 1947, no fue hasta pasado un tiempo que éste se introdujo en el mundo de la computación como sustituto natural de las válvulas de vacío y los relés. La introducción del transistor supuso dos grandes ventajas, por un lado, permitió disminuir el tamaño de las computadoras (que solían ocupar habitaciones completas) y, por otro lado, la miniaturización llevaba pareja una reducción del consumo eléctrico y, por tanto, menor calentamiento (por efecto Joule).
En este caldo de cultivo nació, en 1958, el IBM 7090, sucesora de la IBM 709 y que cambiaba las válvulas de vacío por transistores, lo cual le permitió multiplicar por seis su velocidad de procesado. El 7090 era un computador de propósito general y que, por tanto, contaba con un juego de instrucciones que permitía abordar problemas de contabilidad, control de stock en almacenes o el cálculo científico, si bien estaba muy optimizada para esto último.
Como curiosidad, el compositor Iannis Xenakis, una de las grandes figuras de la música contemporánea, concretamente de la música estocástica, utilizó un IBM 7090 para componer la primera obra estocástica realizada por un ordenador, la ST/ 10-1.
Apple I
En julio de 1976, hace ya 35 años, Steve Wozniak construyó el Apple I, lo que daría pie, con el paso de los años, a la que es hoy la marca más fuerte del sector tecnológico. El Apple I era un computador completo, que tan sólo necesitaba un teclado, una fuente de alimentación y un TV para funcionar, que constaba de una placa base con más de 60 circuitos integrados que implementaban un sistema que funcionaba a 1 MHz, tenía 4 KB de RAM, una ROM de 256 Bytes en el que residía el monitor del sistema (escrito en ensamblador) y ofrecía una resolución gráfica de 40x24 caracteres.
Del Apple I se construyeron unas 200 unidades de las que, hoy en día, se conservan unas 50 unidades que son consideradas unas cotizadísimas piezas de coleccionismo tecnológico.
Deep Blue
El viernes al hablar del Ajedrecista de Torres Quevedo dijmos que era el abuelo de Deep Blue, al fin y al cabo, era un autómata que jugaba al ajedrez y que, por tanto, estaba reconocido como una de las primera implementaciones de sistemas de inteligencia artificial de la historia. En 1996, IBM desarrolló Deep Blue para demostrar su capacidad de derrotar a uno de los grandes maestros del ajedrez, Gary Kaspárov. Deep Blue en su primera versión ganó a Kaspárov una vez de las seis partidas que jugaron (empató otras dos y perdió otras 3), sin embargo, al año siguiente (en una versión mejorada) volvieron a enfrentarse en otra serie de partidas y, en esta ocasión, la máquina de IBM venció en 3 partidas, perdió dos y empataron otra, derrotando, esta vez sí, a al gran maestro.
La computadora de IBM jugaba “por fuerza bruta”, es decir, calculaba 200 millones de posibles posiciones por segundo (en su segunda versión, la mitad en la primera), siendo el 259º supercomputador con mayor capacidad, con 11,38 gigaflops. Lógicamente, el objetivo de Deep Blue no era únicamente vencer en el campo del ajedrez, simplemente era una aplicación práctica de la supercomputación que se basaba en un clúster con 30 nodos RS/6000 (RISC System 6000 de IBM con sistema operativo AIX) con 30 procesadores P2SC de 120 MHz cada uno ampliados con 480 procesadores VLSI diseñados específicamente para los cálculos del ajedrez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.